El Marco
sábado 19 de agosto de 2017

Dos futuros Parques Nacionales para Córdoba

Por Gustavo Bruno*

Uno de los futuros Parques Nacionales incluirá a la Laguna Mar Chiquita (también llamada Mar de Ansenuza), la cual es conocida por una particularidad que la hace única: sus aguas son saladas. Además este humedal es hogar de un emblemático protagonista: los flamencos, de los cuales alberga tres de las seis especies que hay en el mundo.

Por tratarse de una cuenca cerrada que se alimenta de tres ríos (el Dulce, el Suquía y el Xanaes, aunque el  Dulce es el que aporta el 80% de su caudal) el nivel de salinidad fluctúa según la cantidad de agua presente; sin embargo, más allá de las variaciones, su salinidad es una característica distintiva como humedal continental y, en algunos aspectos, le otorga comportamiento de mar interior. Además, debido a sus aproximadamente 600 mil hectáreas es la mayor superficie lacustre de Argentina, el mayor lago salado de Sudamérica y el quinto en el mundo. Por sus paisajes y biodiversidad, Mar Chiquita constituye un gran atractivo turístico y es uno de los espacios priorizados en el Plan Federal Estratégico de Turismo Sustentable 2020. La categoría de Parque Nacional aseguraría la protección de sus valores naturales y culturales, pondría un freno a las amenazas que acechan (como el avance de la frontera agropecuaria) y potenciaría su posicionamiento como destino de ecoturismo, impulsando el desarrollo local.

Quizás el dato más elocuente para comprender el valor de esta zona es que en Mar Chiquita se encuentra el 66% de todas las especies de aves migratorias y playeras registradas para Argentina. Esto la convierte en uno de los sitios más importantes de Sudamérica para la conservación de especies migratorias, que cada año se congregan en números de hasta medio millón de individuos. Como si esto fuera poco aquí viven varias especies amenazadas, se concentra casi el 36% de la avifauna del total del país (380 especies de aves registradas) y el 85% de las 447 especies de aves de la provincia de Córdoba. Por último, este humedal alberga a la mayor población de flamenco austral (Phoenicopterus chilensis) de toda Sudamérica, ya que se encontraron más de 300.000 individuos en la región.

El otro proyecto de Parque Nacional se ubica en el Valle de Traslasierra, el cual abarca las 105.000 hectáreas de la estancia cordobesa Pinas. El objetivo es proteger tanto su biodiversidad como su patrimonio histórico, ya que se estima que en el predio hay vestigios de la cultura de los comechingones y, además, fue propiedad del político y periodista Lisandro de la Torre. Ubicado en los departamentos Minas y Pocho y limitando al oeste con La Rioja, este extenso establecimiento ganadero pertenece a la ecorregión del Chaco seco, una de las más amenazadas a nivel mundial, de las menos conocidas por los ciudadanos y -quizás por eso- en un serio estado de fragilidad.

Además, su localización resulta estratégica en términos de turismo y de conservación: Por un lado su presencia es clave para conformar el Corredor Biogeográfico del Chaco Árido (una iniciativa del gobierno cordobés) ya que Pinas se ubica cerca del Parque Provincial y Reserva Natural Forestal Chancaní de 5 mil hectáreas y de la Reserva de Uso Múltiple Salinas Grandes, de 196 mil. Por otro lado, también ocupa un papel protagónico en la conformación del Corredor de Conservación y Turismo del Norte de Córdoba, junto con el futuro Parque Nacional Ansenuza  y el Parque Nacional Quebrada del Condorito, un área protegida ya posicionada y reconocida por los ecoturistas.

Según un equipo de biólogos de la Universidad de Córdoba que estudia la zona, a causa del gran hermetismo que siempre reinó alrededor de esta estancia (hoy administrada por los descendientes del millonario Feliciano Manubens Calvet, su último dueño), la información disponible no es abundante pero alcanza para saber que es indispensable convertirla en parque nacional para garantizar su conservación. Prueba de ello es que además de albegar 161 especies de aves, 24 de mamíferos y 30 de reptiles, en Pinas acaba de ser descubierta una especie que nunca había sido detectado en Córdoba y que está catalogada en peligro de extinción a nivel global: el pecarí chaqueño (Catagonus wagneri).

A esto se le suma una situación que paradójicamente contribuyó a la conservación de la naturaleza en la estancia: por estar ubicada en una zona con poca agua, la producción agropecuaria se limitó a ganadería de baja intensidad (pocas cabezas por hectárea), así que no sufrió los cambios en el suelo ocurridos en otras partes de la Provincia como consecuencia de los avances tecnológicos y las demandas del mercado. Todas estas características hacen que Pinas se encuentre en inmejorables condiciones de conservación y sea el momento justo para darle la máxima protección posible a un territorio, como lo es la categoría de parque nacional.

Junto con el Ministerio de Ambiente, Ministerio de Agua y Servicios Públicos de Córdoba y la Administración de Parques Nacionales, Aves Argentinas participa desde el inicio en la promoción y acompañamiento en esta gestión. Contamos con un equipo interdisciplinario que participa en el  Consejo Asesor Técnico de esta iniciativa y, a la vez, realizamos trabajos de investigación científica, relevamientos territoriales, educación ambiental y capacitación para el turismo de naturaleza en las comunidades vecinas. Por todo esto, desde Aves Argentinas apoyamos la concreción de ambos Parques Nacionales y esperamos que se realice en un futuro cercano para contribuir a la conservación de la biodiversidad y al desarrollo local a través del turismo. Más información: www.avesargentinas.org  /francisco.gtaboas@avesargentinas.org.ar

 *Biólogo y docente. Miembro de Aves Argentinas, en el área de educación y creación de nuevos parques.