En días de intercambios acerca de las obras a realizarse en torno a las inundaciones en la zona, el agrónomo del INTA-Jesús María, Raúl Candela apela a la mirada integral. “Ninguna obra por sí sola va a solucionar esto, hay que utilizar un paquete de herramientas”. Forestación, curvas de nivel en los campos, rotación en la siembra son algunas de las medidas que plantea necesarias para mitigar el impacto ante precipitaciones que exceden la media.
“Estamos en una situación de vulnerabilidad. Cualquier precipitación que exceda la media genera inconvenientes”, señala con números en la mano. La zona, señala, “históricamente ha sido inestable”. Contrasta las precipitaciones de 2011 (564 mm) con las de 2015 (1152), y observa que en 1939 (1.168 mm) o en 1978 (1.369) por citar sólo algunos ejemplos hubo épocas más lluvias que la media (800 mm). “El tema es que no existían las construcciones a las vera de los ríos en la cantidad que existen ahora, y había otra cobertura del suelo.” “Donde había monte se pasó a pastura, y de la pastura a cultivos como la soja. Ese fue un proceso, que ahora ya lo tenemos, y sobre el que tenemos que buscar el mejor manejo”, analiza.
Candela propone una mirada integral para abordar las crecidas de los ríos.
Por empezar, Candela remarca que “es nula la sistematización de los campos en la zona”. Es decir, la utilización de curvas de nivel para regular el escurrimiento del agua sólo puede observarse en contados casos (tres) en la zona de influencia de este organismo técnico. Esa práctica, “sería un primer paso para cambiar la situación, pero tiene que hacerse en forma coordinada entre todos los productores, porque si no, no tiene sentido”. Además Candela sugirió "rotar cultivos de granos con gramíneas para mejorar la estructura del suelo".
Otro aspecto importante a abordar es la “forestación y empaste de los cauces temporarios” que han sido tapados por el avance de la agricultura o caminos, al igual que las zonas aledañas a los ríos.
Por último, el agrónomo reconoció que “hay mucho trabajo de obras en torno a esta temática, pero la magnitud del problema necesita un compromiso aún mayor para coordinar acciones entre productores, Estado y técnicos”. “Es importante que una obra como puede ser un dique no es la solución a todo esto, sólo una parte que sin todo el resto no sirve”.